Principal
 EL FLAMENCO
 Alboreá
 Alegrías
 Bambera
 Bulería
 Caña
 Campanilleros
 Cantiña
 Caracoles
 Carcelera
 Cartagenera
 Colombiana
 Debla
 Fandango
 Fandanguillo
 Farruca
 Garrotín
 Granaína
 Guajira
 Jabera
 Liviana
 Malagueña
 Mariana
 Martinete
 Media Granaína
 Milonga
 Minera
 Mirabrás
 Nana
 Petenera
 Polo
 Soleá
 Romance
 Romera
 Rondeña
 Rumba
 Saeta
 Seguirilla
 Serrana
 Sevillana
 Soleá
 Tango
 Tanguillo
 Taranta
 Tiento
 Taranto
 Toná
 Trillera
 Verdiales
 Vidalita
 Zambra










Palos y Sonidos

CARACOLES, m. pl. |De estribillo a j; modo de pregón con que se remata el cante propiamente dicho, en el que se repite la palabra caracoles.] Cante cuya copla consiste en una serie de estrofas, con versos de diferentes medidas. Pertenece al grupo denominado de las cantiñas y musicalmente esta muy próximo a las llamadas alegrías y más aún, al mirabrás, con cierta propensión al barroquismo, a los arabescos y a los giros ornamentales. Sus letras suelen ser graciosas y, a veces, picantes, y en ellas se introduce, entre estrofas y a modo de estribillo, la palabra caracoles. El toque se realiza únicamente en do mayor, y la medida es la misma que la de las soleares, las alegrías y las bulerías. Baile flamenco. mas propio de la mujer, por lo que presenta, como las soleares, o las peteneras, un gran número de movimientos ondulatorios que van de acuerdo con los punteados leves y con la melodía cadenciosa de la música. Es posible que tenga su precedente en otro baile de la llamada escuela moderna de palillos y que se conocía por el nombre de caracoles clásicos. José Blas Vega ha resumido así sopesando teorías y opiniones diversas, los orígenes y la evolución de los caracoles: «La tradición y los tratadistas señalan a Tío José El Granaíno como creador de este cante. El origen de la primitiva y pregón de los caracoles, que dará nombre al cante, hemos tenido la suerte de encontrarla en una canción, impresa sobre mediados del siglo pasado, de un álbum de canciones andaluzas titulado El genio de Andalucía, compuesto por Manuel Sanz. La canción se llama La caracolera y reproducimos la primera parle respetando su ortografía original: "De la güerta de Retiro / ¿Quién me los merca? / ¡Salero!, / que se me errama er puchero / mocita vengaste acá./ No son tan chicos ¡canela!. / venga otro cuarto, ¡jermoso!, / que lo quiero oste es faisioso / y yo soy mu liverá / y yo soy mu liverá / ¡Caracoles! / ¡Caracoles! / hermano que ise osté / que son mis ojos dos soles / vamos viviendo chorré / que ¡son mis ojos dos soles / vamos viviendo chorré". Conocemos también el origen de otra de las principales letras de los caracoles, la que está basada precisamente en otro pregón, el de La castañera. El 3 de abril de 1843, se estrena en el Teatro del Príncipe de Madrid, la zarzuela en un acto Jeroma La Castañera, con letra del actor Mariano Fernández y música de Soriano Fuertes. Los autores de Jeroma la llamaron tonadilla por el carácter de la obrita y por ser un momento de transición entre ambos géneros. Matilde Diez hizo con mucha gracia el papel de castañera popularizando la graciosa canción: "Aunque vendo castañas asáas / aguntando la lluvia y el frío / con mi moño y medias calas / soy la reina para mi querío / "Regórdonas" que se acaban / sin moneas se darán / carumbosa no me ganan / los usías de gabán". Los caracoles de Tío José El Granaino pasaron a los cafés cantantes como una cantiña para bailar, almoldándolos a su estilo Paco El Sevillano, porque les sacaba muy buen partido, haciéndolos más dinámicos y vivos, y contribuyendo así a su popularización. Pero quién verdaderamente los reforma, los recrea, los engrandece, les da importancia, fama, difusión, carácter flamenco y los constituye definitivamente en estilo, es Antonio Chacón, y en esto están de acuerdo todos los tratadistas. A partir de él, los caracoles iran unidos a su personalidad creadora. A Chacón le pareció que era un cante chico y lo arregló poniéndole en la primera parte entonaciones de romera y añadiéndole detalles musicales y partes de otras cantiñas, pausando su ritmo c imprimiéndole grandilocuencia, dejándolo así como cante para escuchar. Coincidiendo con su etapa madrileña comenzó a dar a conocer estas cantiñas, y tal vez pensando en un homenaje a priori, madrileñizó algunas de las coplas originales, aclimatándolas hasta tal punto que muchos consideran —equivocadamente— los caracoles como un cante madrileño. La antigua letra: "Santa Cruz de Múdela / cómo reluce, / cuando suben y bajan / los andaluces...", que hacía alusión al cambio de trenes con destino a Andalucía, fue oportunamente transformada por Chacón en La gran calle de Alcalá con un gran sentido, pues la calle Alcalá era, en el Madrid de aquellos años, la arteria principal de la vida castiza y artística, donde la gente de teatro y del toreo ponían la nota pintoresca. Todo lo andaluz era algo aclimatado y de raigambre en el madrileñismo de la época». Entre los investigadores que consideran, como José Blas Vega, la importante aportación de Chacón a este estilo de cantiña, están Augusto Butler y Julián Pemartín: «Lo que hizo el genial cantaor fue exhumar este cante del olvido en que se encontraba, ponerlo en vigencia y, probablemente, efectuar en el mismo, según su norma inveterada, algunas modificaciones que darían, sin duda, mayor calidad artística a los caracoles. Al menos, sí puede afirmarse que madrileñizó algún verso de la copla original», afirma el primero, y el segundo elogia: «Y por último llegó Chacón, que los recreó magistralmente y les dotó de una brillantez y sugestión extraordinarios y auténticamente flamencos». La versión de Chacón, grabada en disco en dos ocasiones, una con la guitarra de Ramón Montoya y otra con la de Perico el del Lunar, ha quedado como ejemplo de este cante, que en opinión de Jorge Ordóñez Sierra, con su muerte «se empequeñecieron». Antonio Mairena, en 1969, contaba al respecto de los caracoles lo siguiente al periodista Javier de Montini: «Yo estuve diez años con el bailarín Antonio. En Londres me encomendó un número de cante. Yo no sabía que dar. Canté los caracoles. Y con los caracoles estuve todo el tiempo». Actualmente algunos cantaores llevan este estilo en su repertorio, como cante alante en los festivales y recitales, destacando entre ellos Naranjito de Triana y Chano Lobato, cada uno con sus lógicos matices y entonaciones personales. (Véase Cantiña.)

Escuchar unos Caracoles