COLOMBIANA. f. [De colombiana, natural de Colombia.] Cante aflamencado con giros procedentes del folklore hispanoamericano, pero no identificado con ninguna canción concreta en todo su contexto, con copla de seis versos octosílabos, de los que el cantaor suele repetir los dos primeros, a modo de estribillo. En opinión de José Blas Vega, al estudiar los cantes llamados de ida y vuelta:<>. Por su parte Antonio Hita Hidalgo, sostiene la siguiente y documentadísima teoría acerca de la historia de la colombiana: «Este estilo no fue nunca cante de importación, pués jamás existió en nuestro país hermano. La colombiana fue creada y cantada sólo dentro de nuestras fronteras, por lo cual no debería incorporarse nunca, junto con los denominados cantes de ida y vuelta. Efectivamente, la colombiana es relativamente moderna, siempre que consideremos moderno un estilo que tiene de vida poco más del medio siglo. Su nacimiento y posterior divulgación nace de los años treinta, cuando el tan vituperado, por determinados artistas y críticos de esta generación, don José Tejada Martín Niño de Marchena, junto a don Hilario Montes, y tomando como base de su creación, entre otras formas musicales, la rumba española, realizan una composición aflamencada a la que bautizan con el nombre de colombianas y que en su segunda parte era interpretada a dos voces (esta segunda a modo de acompañamiento). Para este menester fue requerido El Niño de la Flor. Tal creación y a la vez novedad, fue presentada al público en el año 1931 con caracteres de gran acontecimiento en todas las capitales de provincia. En Sevilla capital lo fue en el antiguo Teatro-Cine Pathé, donde acudieron en el día de su debut las principales autoridades. Como era normal, y dado el nombre que honestamente ostentaba este artista, unido ello a que tenía establecido por aquel entonces un contrato de exclusividad con la compañía de Gramófono. S.A., la nueva composición es impresionada, apareciendo la misma con el titulo de Mi Colombiana, grabación que fue editada en el mes de Junio de 1931, y cuya nomenclatura, para los interesados en el tema. es: AE3.608. Como dato curioso puedo decir: fue la primera grabación comercial que efectuó el guitarrista Paco Aguilera. A mediados del siguiente año (1932). se vuelve a hacer una nueva versión de la colombiana, en la que interviene don Ramón Montoya Salazar, composición que presentaba ligerísimas variantes con respecto a la anterior y a la que titulan El pájaro carpintero (Colombiana nueva). Fue grabada y posteriormente editada por la misma empresa fonográfica anterior en el mes de diciembre de ese mismo año y su nomenclatura es: AE4.142. A fínales de este mismo año que comentamos (1932), se vuelve a realizar otra nueva versión de la colombiana siempre con pequeñísimos matices por estas tres mismas figuras del flamenco (Niño de la Marchena, Ramón Montoya e Hilario Montes), grupo al cual se suman dos nuevos artistas musicales, Fernando Vilches y Bregel, este último pondría música de orquesta conjuntamente con la guitarra de Ramón Montoya a esta tercera y última versión por ellos realizada del cante por colombianas. Fue editada dicha grabación por la misma casa fonográfica anterior, en la primavera de 1933, con nomenclatura: AE4.200. De esta tercera y última grabación fue de donde la desaparecida y gran artista Carmen Amaya obtuvo la letra... "Quisiera, cariño mío, / que tú nunca me olvidaras, / que tus labios con los míos / en un beso se juntaran / y que no hubiera nadie en el mundo / que a ellos los separaran". Este mismo investigador ofrece una relación de intérpretes de la colombiana a partir de Pepe Marchena: La Niña de los Peines, Niño de la Flor. La Niña de La Puebla, El Carbonerillo, El Niño de la Huerta, José Palanca de Marchena, Niño Salas, Niño de Utrera. Niño de Olivares. Niño de la Peña, Luquitas de Marchena, La Andalucita, Juanito Valderrama. Angelillo, El Americano y Carmen Amaya, añadiendo: «Incluso él celebre Manuel Vallejo, que realizó de ella una adaptación festera, mezcla de colombiana y tango, y cuya grabación fue publicada en 1934». Es también muy interesante a este respecto, una declaración de Sabicas al periodista Mingues B. Formentor: «Entonces—se refiere a los años treinta— estaba Marchena, que es el que sacaba todos los cantes. Iba yo con él, de chavalico, que solía llevarme y, cuando no, le encontraba en todos los sitios... Perdone usted, ¿y qué cante es ése? Pues un cante que estoy haciendo ahora mismo: y le puso la colombiana. Mas tarde, con los años he llegado a hacer de todos los cantes una versión de concierto. Pero, claro, no puedo poner colombiana en el programa porque de colombiana no tiene nada, y la gente se preguntaría que dónde está Colombia ahí... Entonces le pongo inspiración y a tocarlo». Después de una época poco interpretado, el intervalo que comprenden los años sesenta y setenta, y primeros ochenta, se empieza a revalorizar este estilo por cantaores punteros, principalmente en grabaciones discográficas, y con intentos de renovación a cargo de Ana Reverte.
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