LIVIANA. f. [De liviano, posiblemente por comparación de importancia y de fuerza dramática de otros estilos.] Cante con copla de cuatro versos, primero y tercero heptasílabos, segundo y cuarto pentasílabos, con rima en los pares. Es un cante fácil y cómodo estrechamente emparentado con la siguiriya, como lo demuestra su compás, aunque su melodía y sus letras recuerdan a la serrana, pues éstas tratan del campo, de los caminos y de los pastores. Aparece a mediados del siglo XIX y es posible que en principio fuese una tona liviana, dada la circunstancia de que, como las tonas, comenzó a cantarse sin guitarra, y así se exigía que se hiciera en la convocatoria del Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922. Actualmente se acompaña de guitarra. Ha sido siempre, como ahora, un estilo muy poco interpretado, empleándose fundamentalmente como preparación del cantaor para ejecutar la serrana. José Blas Vega, justifica así su existencia y vigencia: «Creemos que la liviana venía a ser, antiguamente, como un elemento de preparación del cante. Los antiguos cantaores llamaban cantar con guía al empezar —dentro de una misma estilística— con un cante corto, sencillo, para continuar con dos o tres estilos más dificultosos y rematar con un poderoso macho o un estilo de entonaciones cambiadas. La liviana, en la serrana, cumple perfectamente la misión, ya que prepara al intérprete para que entre con el poderío que requiere este cante y no con la lentitud habitual de los cantaores».
Escuchar una Liviana
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